El medio ambiente es el sistema global constituido por elementos naturales y artificiales de naturaleza física, química, biológica, sociocultural, y sus interrelaciones en permanente modificación por la acción humana y/o natural. Estos elementos y su interrelación son capaces de ocasionar efectos directos e indirectos sobre los seres vivos, a corto o largo plazo.
Todas las cosas materiales en el mundo tienen una estructura química que hace que sean lo que son, por lo que los elementos que componen el medio ambiente son de naturaleza química. También existen elementos de naturaleza biológica, porque algunos componentes del ambiente tienen vida. En cuanto a lo sociocultural, se refiere a aquello producido por el hombre; por ejemplo, las ciudades, la cultura de un pueblo, sus costumbres y sus creencias, que son el resultado de la sociedad humana, y también forman parte del medio ambiente.
Los distintos elementos que constituyen el medio ambiente están interrelacionados, por esto se entiende al medio ambiente como un sistema, que está en constante modificación por la acción del hombre y/o de la naturaleza.
El origen de la preocupación por el medio ambiente se remonta a la Revolución Industrial del siglo XIX , época en la que los poetas románticos ingleses ensalzaban la belleza de la naturaleza, y el escritor estadounidense Henry David Thoreau (1817–1862) elogiaba la vuelta a una vida más sencilla, guiada por los valores implícitos del mundo natural. Esta discusión continuó durante todo el siglo XX y se mantiene activa hasta nuestros días.
Tras la II Guerra Mundial, el comienzo de la era nuclear trajo consigo el temor a un nuevo tipo de contaminación procedente de la radiación. El movimiento ecologista fue ganando velocidad con la publicación en 1962 del libro de la científica y escritora norteamericana Rachel Carson (1907–1964) «Primavera silenciosa», que advertía acerca del uso de plaguicidas sintéticos en la agricultura, y subrayaba la necesidad de respetar el ecosistema en el que vivimos, con el fin de proteger tanto la salud humana como el medio ambiente.
A fines de esa década, las primeras imágenes de la Tierra vista desde el espacio generaron la conciencia de que vivimos en “Una Tierra”, un ecosistema frágil e interdependiente del que somos responsables a la hora de proteger su salud y bienestar. Así surge el enfoque medio ambiental, el que se ha transformado en un fenómeno global.
Dado que la preocupación universal acerca de la salud del planeta y la utilización sostenible de los recursos se volvió cada vez mayor, las Naciones Unidas (ONU) convocó en 1972 la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano en la ciudad de Estocolmo.
La Asamblea General estableció en diciembre de 1972 el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), encargado de coordinar los esfuerzos por parte de los estados miembros de la ONU en favor del medio ambiente. En la actualidad, sus prioridades se centran en los aspectos relativos a desastres y conflictos ambientales, la ordenación de los ecosistemas, la adecuada gestión medio ambiental, las sustancias nocivas, el aprovechamiento eficaz de los recursos y el cambio climático.
Con motivo de la apertura de la Conferencia de Estocolmo se estableció el Día Mundial del Medio Ambiente, que se celebra el 5 de junio de cada año desde 1973. A través de este programa la ONU sensibiliza a la población mundial en relación a temas ambientales, intensificando la atención y la acción política. Los objetivos principales son:
- Brindar un contexto humano.
- Motivar a las personas para que se conviertan en agentes activos del desarrollo sustentable y equitativo.
- Promover el papel fundamental de las comunidades en el cambio de actitud hacia temas ambientales.
- Fomentar la cooperación para un desarrollo sostenible.
En muchos países esta celebración es una oportunidad de firmar o ratificar convenios internacionales y, algunas veces, establecer estructuras gubernamentales permanentes relacionadas con el manejo ambiental y la planificación económica.
El gobierno de Chile estableció oficialmente la celebración del Día Nacional del Medio Ambiente el año 2015, con el objetivo de que cada 2 de octubre se promueva la educación ambiental y se genere conciencia sobre la importancia de preservar la riqueza natural de Chile. A partir de ese año, cada primer fin de semana de octubre se abren las Áreas Protegidas y Parques Nacionales de manera gratuita a todas las personas, con el objetivo de acercar y valorar los espacios de conservación que existen en nuestro entorno.
Durante los últimos años la educación ambiental en nuestro país ha tomado gran relevancia como eje articulador de políticas que buscan promover el compromiso de las personas con su entorno. En la Ley 19.300, se señala que “La educación ambiental es un proceso permanente de carácter interdisciplinario destinado a la formación de una ciudadanía que forme valores, aclare conceptos y desarrolle las habilidades y las actitudes necesarias para una convivencia armónica entre los seres humanos, su cultura y su medio biofísico circundante. Ésta debe ser entendida como el proceso educativo, en sus diversos niveles, a través de la transmisión de conocimientos y de la enseñanza de conceptos modernos de protección ambiental, orientados a la comprensión y toma de conciencia de los problemas ambientales, debiendo incorporar la integración de valores y el desarrollo de hábitos y conductas que tiendan a prevenirlos y resolverlos”.
Según esta ley, el objetivo principal de la educación ambiental es entender el desarrollo sustentable como el proceso de mejoramiento sostenido y equitativo de la calidad de vida de las personas, fundado en medidas apropiadas de conservación y protección del medio ambiente, de manera de no comprometer las expectativas de las generaciones actuales y futuras.
En el año 2009, comienza a regir en el país la Política Nacional de Educación para el Desarrollo Sustentable. Su objetivo principal es la formación de personas y ciudadanos capaces de asumir individual y colectivamente la responsabilidad de crear y disfrutar de una sociedad sustentable y contribuir al fortalecimiento de procesos educativos que permitan instalar valores, conceptos, habilidades y actitudes en la ciudadanía en su conjunto.
Para lograr lo anterior, se propone un trabajo conjunto entre el Ministerio de Educación y el Ministerio del Medio Ambiente, de tal forma de generar instancias participativas, tanto a nivel de gestión educacional como de gestión pedagógica, que permitan potenciar la educación para el desarrollo sustentable en instancias educativas de tipo formal y no formal.
Para el Ministerio de Educación, educar para el desarrollo sustentable significa “fortalecer los conocimientos, habilidades y actitudes que posibiliten a niñas, niños, adolescentes, jóvenes y adultos a reflexionar y tomar decisiones fundamentadas para actuar en sus respectivos contextos, sea la familia, la escuela, el barrio, la comuna, la ciudad o el país, como un ciudadano comprometido en el abordaje responsable de los problemas sociales, económicos, culturales y ambientales, en un marco democrático, participativo, inclusivo y sin discriminaciones.” Estos aprendizajes se pretenden abordar de manera transversal, de tal forma de poder profundizar en temáticas variadas referidas al desarrollo humano y su relación con el entorno.
La manera de profundizar en estas temáticas es por medio del marco curricular a nivel de contenidos, habilidades y actitudes de los distintos subsectores del actual sistema educativo de nuestro país. La declaración de la PNEDS alude a que “El concepto de desarrollo sustentable y el tratamiento de las problemáticas relacionadas con la comprensión y cuidado del medio ambiente forman parte de las bases curriculares, de los Objetivos Fundamentales Transversales y, específicamente, del currículo de los sectores de Historia y Ciencias Sociales y de Ciencias Naturales en todos los niveles y modalidades del sistema.”
A su vez, el Ministerio de Medio Ambiente ha promovido diversas instancias participativas, a través de la división de educación ambiental, que tienen por objetivo lograr una mayor conciencia ambiental para generar hábitos y conductas sustentables que mejoren la calidad de vida de esta generación y las futuras. De esta manera, desde el año 2003 a la fecha ambos ministerios, UNESCO, la Corporación Nacional Forestal, la Dirección General de Aguas y la Asociación Chilena de Municipalidades han implementado el Sistema Nacional de Certificación Ambiental para Establecimiento Educacionales, con el objetivo promover la educación para la sustentabilidad en las escuelas del país. Éste es un sistema de carácter voluntario, que otorga una certificación pública a los establecimientos educacionales que implementan exitosamente estrategias de educación ambiental. A febrero del 2015 ya existen más de 900 establecimientos educacionales certificados en diversas regiones del país.