El uso del gas licuado se remonta a fines del siglo XIX, cuando la perforación de pozos petroleros y la destilación de petróleo comenzó a generar como subproducto una mezcla de gases fácilmente licuables para su transporte: el propano y el butano. En un principio estos gases eran utilizados como combustible en las refinerías, pero sus continuos excedentes obligaban a quemarlos en antorchas, para evitar una atmósfera explosiva.
Desde 1950, en EE.UU., Europa y Japón se crearon empresas para llevar este gas envasado a los núcleos de población dispersos en los que la construcción de una red de tuberías no se justificaba. En Chile, la aparición del gas licuado está asociada a la historia de la Empresa Nacional del Petróleo (ENAP), creada por el Estado en 1950 para explotar y procesar el petróleo descubierto en Magallanes (Springhill, 1945).
ENAP instaló una refinería en Concón, Región de Valparaíso, y llamó a presentar propuestas para la distribución del gas licuado que se produciría como derivado de la refinación del petróleo.
En 1956 la Compañía de Consumidores de Gas de Santiago obtuvo la concesión para distribuir gas licuado en Santiago y San Antonio, por un período de 30 años.
Los primeros estanques de almacenamiento se instalaron en la Fábrica San Borja, donde comenzó a operar la primera planta de llenado de balones que tuvo la empresa. Desde allí también la compañía comenzó a distribuir gas licuado a granel por medio de estanques instalados en industrias, edificios o condominios, que eran llenados por camiones-tanque. En conjuntos habitacionales, como por ejemplo la Villa Olímpica, el gas llegaba desde el estanque central a cada una de las viviendas, las que disponían de su propio medidor para el cobro de su respectivo consumo.
El sistema de concesiones fue derogado en 1978, por lo que desde entonces la distribución de gas licuado pasó a ser no concesionada.
El acelerado crecimiento del mercado del gas licuado obligó a la empresa a construir una planta dedicada al envasado y distribución.
El lugar fue un terreno de 15 hectáreas en Maipú, cercano al terminal de ENAP que desde 1959 estaba conectado por medio de un poliducto con la refinería de Concón.
La Planta Maipú se inauguró en 1964, con 34 estanques de 30.000 galones cada uno, que permitían almacenar 1.700 toneladas de gas licuado y una planta de llenado automático de cilindros. Esta constaba de dos carruseles de envasado, con capacidad para llenar 1.500 cilindros de 11 kg y 180 cilindros de 45 kg por hora, respectivamente.
En 1965 se realizó la interconexión entre el oleoducto Concón-Maipú y la Planta Maipú de GASCO, que permitió un abastecimiento directo de los estanques de almacenamiento.
En la actualidad, la Planta Maipú cuenta con 7 carruseles, capaces de envasar 92 toneladas por hora, lo que equivale a 7.000 cilindros por hora en los diferentes formatos.
Durante los primeros años los balones de gas licuado -de 11 y 45 kg- eran importados desde EE.UU.; sin embargo, desde el año 1961 estos comenzaron a ser fabricados en Chile.
En 1963 comenzó a operar el primer sistema de reparto automático de cilindros: un computador IBM de tarjetas perforadas clasificaba los pedidos por sectores y organizaba las rutas de los camiones distribuidores.
El producto más popular en esta época era el balón de 11 kg, que representaba el 70% del volumen vendido. El balón de 45 kg correspondía al 23%, y el 7% restante a la venta de gas licuado a granel.
En 1975 había más de un millón de envases, entre cilindros de 11 y 45 kg, circulando entre los consumidores y la Planta Maipú.
En 1989 GASCO inicia la venta de gas licuado en envases de 15 kg. En 1991 se agrega a la gama de envases el cilindro de 5 kg y un año más tarde el de 15 kg para grúa horquilla.
El año 2011, GASCO lanzó el cilindro de 2 kg para ampliar el uso de este combustible en los hogares y reducir el consumo de parafina. Fue desarrollado especialmente para estufas rodantes de pequeño tamaño, y se sumó a los formatos disponibles en el mercado en 2012.
El uso de gas licuado en el ámbito doméstico e industrial se expandió en forma vertiginosa por su economía y facilidad de transporte.
Ya en 1962 la "Compañía de Consumidores de Gas de Santiago" se había posicionado como la principal empresa distribuidora en la Provincia de Santiago, con una participación de mercado del 47% y 55.000 clientes. Hasta hoy GASCO GLP S.A. es líder en distribución de gas licuado en la Región Metropolitana.
GASCO extendió su negocio de gas licuado a todo Chile. En 1981 la Compañía se adjudicó, en licitación convocada por ENAP, la distribución de gas licuado en la Región de Magallanes. En 1989 la empresa adquirió los activos de la Compañía de Gas de Concepción S.A., por lo que comenzó su distribución en las regiones del Biobío, La Araucanía y Los Lagos. Durante la década siguiente la expansión continuó hacia las zonas norte y sur de nuestro país.
En la actualidad GASCO GLP comercializa gas licuado prácticamente en todo el territorio nacional, a través de una red de distribución que cubre desde la región de Tarapacá a Magallanes.
Los usos del gas licuado se han ampliado significativamente, siendo actualmente utilizado en el hogar, en procesos industriales y agroindustriales, y como combustible para embarcaciones y automóviles. Esta última aplicación ha cobrado especial relevancia en los últimos años dado, entre otras cosas, a que el gas es menos contaminante y al alto costo de la bencina.
En 2014 ya había más de 28 mil automóviles convertidos a gas licuado. La empresa AutoGasco comercializa gas vehicular (licuado y natural) a través de 52 estaciones de servicio, desde la Región de Arica y Parinacota hasta la Región de Los Lagos.